Por Lina Henao
CISNEROS…
Ahí está erguido y orgulloso de su obra, la escultura de Francisco Javier Cisneros, el cubano responsable de la construcción del Ferrocarril de Antioquia, así mismo responsable del impulso de la economía antioqueña.
El Túnel de la Quiebra es otra de sus grandes obras, ahora olvidado por los rugidos del ferrocarril es transitado por las motos adaptadas como coches para transportar a los habitantes de un lado a otro. Cuenta la historia que dos cuadrillas de hombres iniciaron al mismo tiempo la excavación del túnel en cada uno de los extremos hasta encontrarse en la mitad del mismo y fue tal la precisión de Cisneros y sus hombres que solo erraron por un par de centímetros. ¡Cómo no caminar erguido ante tanta precisión! ¡Cómo no sentirse orgulloso cuando superó el agreste territorio antioqueño para hacer llegar el desarrollo a los sitios más lejanos de nuestras tierras!
Y luego, de ser el ferrocarril el eje de la economía, quien traía y llevaba a los viajeros y transeúntes hasta el río Magdalena, simplemente enmudeció. Y las estaciones una a una fueron cayendo en el abandono.
De la estación Medellín solo queda un pedazo de lo que fue, de su magnitud, de su grandeza… ahora solo hay un par de alas y el abordaje de primera clase. Sin embargo las cicatrices también están a la vista de todos, pero ya hacen parte del paisaje.
Francisco Antonio Cisneros ahora está ahí dando la espalda a lo que fue su gran orgullo, como si estuviera marchándose de aquel lugar que dejó en el olvido su gran obra de ingeniería, la gran obra del desarrollo antioqueño…
Ahí
está erguido y orgulloso de su obra, la escultura de Francisco Javier Cisneros,
el cubano responsable de la construcción del Ferrocarril de Antioquia, así
mismo responsable del impulso de la economía antioqueña.